Cada noche me asomo a sus refugios de color, para encontrarlas rendidas al abrazo de sus edredones, con sus ojitos cerrados y su pelo revuelto, tan suaves… Les acomodo la ropa, retiro los muñecos que les merman espacio, corrijo…
Cada noche me asomo a sus refugios de color, para encontrarlas rendidas al abrazo de sus edredones, con sus ojitos cerrados y su pelo revuelto, tan suaves… Les acomodo la ropa, retiro los muñecos que les merman espacio, corrijo…